El Turismo de la República Dominicana.
República Dominicana es el segundo país más grande y diverso del Caribe. Con vuelos directos desde las principales ciudades de Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá y Europa es un país que se destaca por la calidez de su clima y la hospitalidad de su gente. Considerado un destino sin igual que cuenta con una naturaleza extraordinaria, fascinante historia y gran riqueza cultural.
Está rodeado por el Océano Atlántico hacia el norte y el Mar Caribe hacia el sur, donde se enorgullece de contar con más de 1,600 km de costas y 400 km de las mejores playas del mundo, magníficos hoteles y resorts, e infinidad de opciones en deportes, entretenimiento y recreación. En este país se puede bailar al ritmo contagioso del merengue, renovarse en los lujosos y variados hoteles, explorar antiguas ruinas, deleitarse con la mejor gastronomía dominicana, o vivir aventuras ecoturísticas en sus magníficos parques naturales, cordilleras, ríos y playas.
Este país es considerado como el primer asentamiento europeo en América, y bautizado por Colón como La Española llegando a ser la colonia más rica del mundo. Quien visite este país logrará disfrutar de su privilegiado clima y de una diversidad paisajística que aglutina selvas tropicales, playas de aguas cristalinas, elevadas cordilleras, fértiles valles y asombrosos manglares, que lo convierten en un destino vacacional idílico.
Bayahibe, unas de las playas de aguas cristalinas de la República Dominicana.
Su capital, Santo Domingo, es el asentamiento más antiguo del Nuevo Mundo. Animada y bulliciosa mantiene el encanto y el sabor de siglos de historia. Posee un barrio colonial, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1990, donde se puede explorar sus joyas arquitectónicas. En este asentamiento se pueden descubrir edificios centenarios como El Alcázar de Colón, La Catedral de Santo Domingo, declarada en 1546 la primera catedral de América, El Templo de las Mercedes o La Fortaleza Ozama.
Alcázar de Colón.
Catedral Primada de América.
En la región norte, popularmente conocida como El Cibao, se conoce la maravillosa Ciudad de Puerto Plata, bautizada así por Colón por el reflejo plateado que el sol imprime en el mar. En esta se puede navegar por sus bellas costas en catamarán o en barco con fondo de cristal, mientras se observa la fauna marina, o mejor contemplar la ciudad desde la cima de la montaña Isabel de Torres en un viaje en teleférico.
Teleférico de Puerto Plata.
Así mismo, se puede recrear en las playas cercanas, Cofresí, Sosúa o Cabarete, fuentes de los deportes de aventura donde además, se logran conocer las lagunas subterráneas de las impresionantes cuevas de Cabarete. También se puede visitar el Museo del Ámbar o la destilería del célebre Ron Brugal.
Museo del Ámbar.
En la región de Monte Cristi se encuentra el Parque Nacional Submarino de Monte Cristi, al que pertenecen las islas de Cayo Siete Hermanos, donde se disfruta del buceo en un área natural protegida de gran valor y belleza.
Parque Nacional Submarino de Monte Cristi.
La zona este del país se corresponde con el turismo más tradicional, lo que se traduce en una inmejorable infraestructura turística. En la costa de Punta Cana y Playa Bávaro se encuentra una amplísima oferta de hoteles de todo incluido con todas las comodidades para el viajero.
Hyatt Ziva Cap Cana, Resort en Punta Cana.
En La Romana, otro de los destinos más populares del país, se disfruta de hermosas playas como Isla Saona, Catalinita o Playa Rincón, disfrutar de partidos de béisbol o torneos de golf o probar suerte en el casino Dominicus. Desde aquí parten numerosas excursiones para disfrutar de una jornada de compras, desde la artesanía popular de Bayahibe hasta las surtidas boutiques de la Marina Casa de Campo.
Isla Saona, viaje en catamarán.
Asimismo, no se puede olvidar visitar Altos de Chavón, réplica de un pueblo Italo-español del siglo XVI, construido en 1976, punto de encuentro de artistas, galerías y talleres. Además, conocer el Parque Nacional del Este recorriendo el Sendero Ecológico y Arqueológico Padre Nuestro a través del hermoso bosque tropical. Se vive la aventura en los museos submarinos que recorren la costa en una ruta ecoturística subacuática partiendo del naufragado buque pirata del Capitán Kidd.
Anfiteatro Altos de Chavón.
En Hato Mayor se disfruta de la belleza del Parque Nacional de los Haitises, Las Cuevas de La Arena, El Ferrocarril y San Gabriel. Si el viaje es en febrero o marzo a la Bahía de Samaná, es asombroso el espectáculo de la llegada de las ballenas jorobadas. En la isla de Cayo Levantado se logra saborear la gastronomía de la zona en un entorno idílico y las excursiones a pie o a caballo al salto El Limón, donde se descubre una cascada de 40 metros sobre a una piscina natural en la que se pueden refrescar los viajantes.
Cayo levantado, Samaná.
El suroeste de República Dominicana permite descubrir la cara más deportiva del país, ya que se disfruta de la práctica de deportes acuáticos en sus maravillosas playas que, junto con las impactantes montañas, confieren al territorio una belleza única, capaces de regalar grandes riquezas naturales que se logra disfrutar. El suroeste, por tanto, es perfecto para el ecoturismo, ya que cada visitante será capaz de recorrer lugares únicos en el mundo como Barahona, una región con tal belleza natural que alberga tres parques nacionales y el Lago Enriquillo, el más grande de todo el Caribe.
Lago Enriquillo, Barahona.
Del mismo modo, se encuentran muestras de la gran importancia cultural que tienen regiones como Bahoruco, donde viven gran cantidad de artistas de diversas materias además, ser testigo de un acontecimiento único en el mundo, ya que puede visitar el Polo Magnético, un lugar donde la ley de la gravedad, misteriosamente, se invierte. Todo ello, acompañado por una gastronomía inigualable, llena de aromas y sabores caribeños, y donde el famoso plátano de Barahona se funde en un perfecto maridaje con los frutos que el mar y el río regalan cada día.
Polo Magnético, Barahona.
Más allá de sus increíbles playas, el interior del país también tiene mucho que ofrecer. En los valles de Cibao y de la Vega, se disfruta de todo tipo de actividades de aventura incluyendo rafting, tubing y barranquismo e incluso atreverse con el parapente o una excursión al pico Duarte, el más alto del país.
Y, por último, está la localidad de Santiago de los Caballeros, la segunda en extensión tras la capital, donde es obligatoria la visita a la fábrica de puros La Aurora Cigar Factory. De igual manera, en Concepción de la Vega no se puede perder el carnaval más vistoso de toda República Dominicana.
Este país es considerado como el primer asentamiento europeo en América, y bautizado por Colón como La Española llegando a ser la colonia más rica del mundo. Quien visite este país logrará disfrutar de su privilegiado clima y de una diversidad paisajística que aglutina selvas tropicales, playas de aguas cristalinas, elevadas cordilleras, fértiles valles y asombrosos manglares, que lo convierten en un destino vacacional idílico.
Bayahibe, unas de las playas de aguas cristalinas de la República Dominicana. |
Su capital, Santo Domingo, es el asentamiento más antiguo del Nuevo Mundo. Animada y bulliciosa mantiene el encanto y el sabor de siglos de historia. Posee un barrio colonial, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1990, donde se puede explorar sus joyas arquitectónicas. En este asentamiento se pueden descubrir edificios centenarios como El Alcázar de Colón, La Catedral de Santo Domingo, declarada en 1546 la primera catedral de América, El Templo de las Mercedes o La Fortaleza Ozama.
Alcázar de Colón. |
Catedral Primada de América. |
En la región norte, popularmente conocida como El Cibao, se conoce la maravillosa Ciudad de Puerto Plata, bautizada así por Colón por el reflejo plateado que el sol imprime en el mar. En esta se puede navegar por sus bellas costas en catamarán o en barco con fondo de cristal, mientras se observa la fauna marina, o mejor contemplar la ciudad desde la cima de la montaña Isabel de Torres en un viaje en teleférico.
Teleférico de Puerto Plata. |
Así mismo, se puede recrear en las playas cercanas, Cofresí, Sosúa o Cabarete, fuentes de los deportes de aventura donde además, se logran conocer las lagunas subterráneas de las impresionantes cuevas de Cabarete. También se puede visitar el Museo del Ámbar o la destilería del célebre Ron Brugal.
Museo del Ámbar. |
En la región de Monte Cristi se encuentra el Parque Nacional Submarino de Monte Cristi, al que pertenecen las islas de Cayo Siete Hermanos, donde se disfruta del buceo en un área natural protegida de gran valor y belleza.
Parque Nacional Submarino de Monte Cristi. |
La zona este del país se corresponde con el turismo más tradicional, lo que se traduce en una inmejorable infraestructura turística. En la costa de Punta Cana y Playa Bávaro se encuentra una amplísima oferta de hoteles de todo incluido con todas las comodidades para el viajero.
Hyatt Ziva Cap Cana, Resort en Punta Cana. |
En La Romana, otro de los destinos más populares del país, se disfruta de hermosas playas como Isla Saona, Catalinita o Playa Rincón, disfrutar de partidos de béisbol o torneos de golf o probar suerte en el casino Dominicus. Desde aquí parten numerosas excursiones para disfrutar de una jornada de compras, desde la artesanía popular de Bayahibe hasta las surtidas boutiques de la Marina Casa de Campo.
Isla Saona, viaje en catamarán. |
Asimismo, no se puede olvidar visitar Altos de Chavón, réplica de un pueblo Italo-español del siglo XVI, construido en 1976, punto de encuentro de artistas, galerías y talleres. Además, conocer el Parque Nacional del Este recorriendo el Sendero Ecológico y Arqueológico Padre Nuestro a través del hermoso bosque tropical. Se vive la aventura en los museos submarinos que recorren la costa en una ruta ecoturística subacuática partiendo del naufragado buque pirata del Capitán Kidd.
Anfiteatro Altos de Chavón. |
En Hato Mayor se disfruta de la belleza del Parque Nacional de los Haitises, Las Cuevas de La Arena, El Ferrocarril y San Gabriel. Si el viaje es en febrero o marzo a la Bahía de Samaná, es asombroso el espectáculo de la llegada de las ballenas jorobadas. En la isla de Cayo Levantado se logra saborear la gastronomía de la zona en un entorno idílico y las excursiones a pie o a caballo al salto El Limón, donde se descubre una cascada de 40 metros sobre a una piscina natural en la que se pueden refrescar los viajantes.
Cayo levantado, Samaná. |
Lago Enriquillo, Barahona. |
Del mismo modo, se encuentran muestras de la gran importancia cultural que tienen regiones como Bahoruco, donde viven gran cantidad de artistas de diversas materias además, ser testigo de un acontecimiento único en el mundo, ya que puede visitar el Polo Magnético, un lugar donde la ley de la gravedad, misteriosamente, se invierte. Todo ello, acompañado por una gastronomía inigualable, llena de aromas y sabores caribeños, y donde el famoso plátano de Barahona se funde en un perfecto maridaje con los frutos que el mar y el río regalan cada día.
Polo Magnético, Barahona. |
Más allá de sus increíbles playas, el interior del país también tiene mucho que ofrecer. En los valles de Cibao y de la Vega, se disfruta de todo tipo de actividades de aventura incluyendo rafting, tubing y barranquismo e incluso atreverse con el parapente o una excursión al pico Duarte, el más alto del país.
Y, por último, está la localidad de Santiago de los Caballeros, la segunda en extensión tras la capital, donde es obligatoria la visita a la fábrica de puros La Aurora Cigar Factory. De igual manera, en Concepción de la Vega no se puede perder el carnaval más vistoso de toda República Dominicana.